CONSECUENCIAS CRÓNICAS DE LA DIABETES MELLITUS

Resulta interesante recordar que, hasta el año 1921, los diabéticos que hoy llamamos de
tipo 1 morían de cetoacidosis a las pocas horas del diagnóstico, aunque unos pocos sobrevivían un poco
más con desnutrición y debilidad progresivas, hasta morir 1-2 años después en caquexia extrema. Por
otro lado, en esos años la expectativa de vida al nacer de gran parte de la población mundial era de poco
más de 40 años, de modo que muy pocas personas llegaban a tener lo que hoy llamamos Diabetes tipo 2,
enfermedad que comienza habitualmente después de esa edad.
Era esta la situación cuando en 1921 se descubrió y purificó la insulina. Tan pronto como
los primeros diabéticos comenzaron a ser tratados con inyecciones de insulina, una oleada de optimismo
contagió a médicos, pacientes y familiares, y muchos pensaron que el problema de la Diabetes estaba
resuelto para siempre. No ocurrió así. Por un lado, en los 75 años transcurridos desde 1921, la esperanza
de vida al nacer aumentó a más de 70 años en extensas áreas del mundo, aumentando enormemente el
número de diabéticos. Por otro lado, el tratamiento con insulina de los tipo 1 elevó su expectativa de vida
cifras cercanas a las de la población general. Como resultado, en los últimos 75 años han ocurridos dos
cosas: (a) La así llamada “epidemia global” de Diabetes Mellitus, que hoy afecta a 100-120 millones de
personas en el mundo. (b) La emergencia de las ”complicaciones crónicas” de la Diabetes, que antes de
1940 no se conocían, simplemente porque los diabéticos no vivían el tiempo suficiente para
desarrollarlas. Estas complicaciones crónicas, que comenzaron a conocerse 20 años después del
descubrimiento de la insulina, emergieron como una “nueva” amenaza para la calidad de vida de los
diabéticos, y constituyen hoy día problemas mayores de salud pública a nivel mundial.
Las complicaciones microvasculares crónicas de la diabetes son tres: retinopatía, nefropatía
y neuropatía.



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